SINOPSIS
La calificación del concurso como culpable tiene graves consecuencias para el deudor persona física o los representantes legales, así como en el caso de las personas jurídicas para los administradores y liquidadores, de hecho o de derecho, los apoderados generales o los cómplices. Por ello, se ha mantenido que la calificación del concurso cumple también una finalidad protectora de los intereses de los acreedores, ya que contribuye a aumentar el grado de satisfacción de los mismos. Ello tiene un importante protagonismo en el momento actual, en el que se mantiene un elevado número de concursos de acreedores cuya solución es la liquidación y, en esa medida, se produce la necesidad de calificación.
La obra que el lector tiene en sus manos recoge el debate y conclusiones del referido Congreso, con especial atención a las soluciones introducidas en la reforma de la Ley Concursal por la Ley 38/2011, que aunque ha tratado de solucionar algunos problemas normativos que se planteaban en el ámbito de la calificación, no ha evitado que subsistan importantes cuestiones que continúan siendo objeto de discusión e interpretación.