En los inicios del conocimiento de la lengua latina, el punto más delicado es la coordinación de los nuevos conocimientos. El alumno tiene que traducir desde el primer día; pero la frase más sencilla exige, para su traducción, no sólo el conocimiento de la declinación, sino el del verbo, además de someras nociones de sintaxis. Ello significa, por lo menos, que el estudio del verbo debe intercalarse con el aprendizaje sistemático de las declinaciones. Los pormenores de esta labor coordinadora dependerán de la preparación y dotes de los alumnos, y también de las preferencias metodológicas del profesor. No es procedente, pues, dar normas rígidas, y por ello nos hemos preocupado en nuestro Método de presentar textos apropiados a todas las necesidades y gustos.