El Urbanismo español, en la actualidad, presenta una valoración explícitamente negativa, tanto en términos sociales, como políticos y mediáticos.
Las razones principales, entre otras, de esta «mala reputación» se explican en las consecuencias especulativas, cuando no las más reprochables prácticas de corrupción, que comportan, en numerosas ocasiones, los procelosos procesos de reclasificación y recalificación de suelo y en la desesperante lentitud que sufre la tramitación administrativa de los diferentes instrumentos de Planeamiento que se someten a la aprobación municipal.
A analizar las razones de esta mala imagen reputacional y a proponer soluciones plausibles que permitan recuperar la solvencia técnica y social que el Urbanismo español nunca debió perder, se aplica detallada e intencionadamente en el contenido de este libro.