En estos momentos en que se va a establecer la figura de la negociación no como una de las habilidades que todo abogado y abogada debe tener, sino que con las medidas de agilización procesal va a suponer un requisito imprescindible, junto con otras figuras como la mediación, el arbitraje y el derecho colaborativo, una herramientas diferenciadora en nuestro quehacer diario.
Hoy en día, negociar no es solo la hermana pequeña de la resolución de conflictos, sino el valor diferenciador que todo profesional del derecho va a poder esgrimir frente a clientes, contrarios y profesionales de la justicia.