Aborda el impacto de las redes sociales, la inteligencia artificial y la robótica en personas vulnerables: menores, mayores y personas con discapacidad. Analiza riesgos como la discriminación algorítmica, la desinformación y los hábitos poco saludables, pero también identifica oportunidades de inclusión y digitalización responsable. Con un enfoque en los derechos fundamentales y la dignidad humana, busca influir en marcos normativos como la Ley Orgánica para la protección de menores en entornos digitales y el Reglamento Europeo de IA, destacando que la tecnología debe estar al servicio del ser humano.